sábado, noviembre 29, 2008

The Secret Goldfish: "Are you out of your fucking misery, yet?"

No os lo vais a creer, pero ayer por la noche, a eso de las cuatro de la mañana, vi en la tele una película que era mi biografía o mi autobiografía o un resumen de mis días en el puto planeta Tierra. Me cago en la hostia santa, el susto que me dio casi hizo que me cayera del sillón.
Roberto Bolaño, El hijo del coronel

"Are you out of your fucking misery, yet?". Esa es la última frase que se escucha en el corto I Love Sarah Jane. Un niño va en su bicicleta; en la espalda carga un arco con varias flechas. Las calles están vacías. Hay rezagos de incendios y luchas callejeras. Si se detiene la imagen al paso del niño se ve el vecindario; en una de las puertas semiabiertas hay una leyenda que dice: God is dead. Dios está muerto, y sólo el primer amor nunca muere. El pez, el pez secreto, al ser arrancado del agua - piénsenlo un momento, está asustado, no puede respirar - y luego devuelto a ella, ¿qué sentirá? ¿Felicidad? ¿Rabia con el pescador? ¿Confusión y olvido?. En uno de esos tiernos diálogos con la joven guardia, Helena me hablaba de una película de terror que se vivía a diario, una pesadilla en el parque de atracciones. La siguiente película es un corto (sólo 11 minutos) que parece de zombies, y tiene zombies y sangre y gore y humo y explosiones, pero también tiene esa escena maravillosa en que el niño dice que aún se pone triste algunas veces cuando piensa en esos peces. Sólo el primer amor nunca muere: I Love Sarah Jane.





Sarah Jane: What?! (Angry)

Jimbo: Do you have wonder, what a fish feels when it`s caught and get`s turn back into the water, like it’s he really angry at the guy that just (rend his mouth out?) with a hook o is he confuse, o that is just like forget all thing ever happen, like 5 seconds, I don’t know?

Sarah Jane: Do you have somewhere else to be, with your family or something?

Jimbo: No, they go.

Sarah Jane: Where?

Jimbo: They are all dead.

Sarah Jane: … … … Sorry.

Jimbo: That’s o.k. I get sad sometimes too when I think about fish.


Y para rematar los dejo con este extracto del cuento El Hijo del Coronel de Roberto Bolaño tomado del blog de Portnoy:

(…) os prometo que hacía tiempo que no veía una peli verdaderamente democrática, es decir verdaderamente revolucionaria, no lo digo porque la película en sí revolucionara nada, ni de lejos, más bien estaba pobrecita, llena de tics, llena de lugares comunes, de prejuicios y personajes caricaturescos, pero al mismo tiempo cada fotograma respiraba y exhalaba un aire de revolución, digamos un aire en el que se intuía la revolución, no la revolución completa, para que me entendáis, sino un troza más bien minúsculo, microscópico de la revolución, como si vierais, por ejemplo, Parque Jurásico y no apareciera ningún dinosaurio por ninguna parte, vaya, como si en Parque Jurásico nadie mencionara ni una sola vez al jodido reptil, pero la presencia de éstos fuera omnipresente e insoportable.

¿Os vais haciendo una idea? Yo nunca he leído ni una sola obra del Teatro de cámara proletario de Oswaldo Lamborghini, pero os puedo asegurar que al masoca de Lamborghini no le hubiera disgustado ver una noche a las tres o a las cuatro de la mañana El hijo del coronel. ¿De qué iba la peli? Bueno, no os pongáis a reír, iba de zombis. Sí, sí , más o menos como las pelis de George Romero, sin duda, en cierto modo, un homenaje a George Romero y a sus dos grandes películas de zombis. Pero el trasfondo político de Romero es Karl Marx, mientras el trasfondo político de la película de anoche era Arthur Rimbaud y Alfred Jarry. Pura locura francesa.
No os riáis. Romero es claro y trágico: habla de colectivos que se hunden en el pantano y habla de supervivientes (…)


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