¿Què somos? La pregunta que quiero resolver no es la de los griegos, cada quién con su problema metafísico buscará el analista adecuado. Yo quiero resolver si todos aquellos que escribimos, por la razón que sea, en estos weblogs, blogs o bitácoras, debemos tener un nombre como blogger, bloguer, o en plural bloggers, blogueros, bloguers, o escritores de bitácora, o ser cada quién como le de la gana de llamarse a sí mismo. Anoto un post scriptum de Àlvaro Uribe en la Javeriana y en Los Andes. Pero primero: me encontraba en una navegación rápida por la Internet, cuando me encontré con un
blog que planteaba la discusión sobre la palabra adecuada para llamar, y llamarnos, a todos aquellos que manejamos un 'weblog'. La pregunta me remitió al diccionario panhispánico de dudas del que saqué la siguiente definicón al buscar 'blog', "Blog: ver bitácora"
"bitácora. ‘Armario, junto al timón, donde está la brújula’. Se emplea a menudo en la locución cuaderno de bitácora, ‘libro en que se apunta el rumbo, la velocidad, las maniobras y demás accidentes de la navegación’. A partir de esta expresión, se ha tomado la voz bitácora para traducir el término inglés weblog (de web + log(book); abreviado, blog), que significa ‘sitio electrónico personal, actualizado con mucha frecuencia, donde alguien escribe a modo de diario o sobre temas que despiertan su interés, y donde quedan recopilados asimismo los comentarios que esos textos suscitan en sus lectores’. La equivalencia (cuaderno de) bitácora se halla bastante difundida en español y traduce con precisión el término inglés log(book): «Los corresponsales de guerra italianos ofrecen nuevas perspectivas del conflicto iraquí a través de sus cuadernos de bitácora en Internet» (País [Esp.] 2.9.04); «No es cosa de broma esto de las bitácoras, como también se conoce a tales webs» (Luna [Esp.] 14.3.03). Para hacer más explícita su vinculación con Internet (como hace el inglés weblog), podría usarse el término ciberbitácora o, como ya hacen algunos, ciberdiario (→ ciber-): «Como en otras ocasiones, no le quedó otra opción que publicar el hallazgo en su ciberdiario» (Mundo@ [Esp.] 25.4.02); no obstante, este último término tiene el inconveniente de que también se emplea como equivalente de periódico digital. "Diccionario panhispánico de dudas ©2005Real Academia Española © Todos los derechos reservados".
Bonita cosa para todos los que tenemos brújulas que gurdar. Ahí les dejo la definición. Y otra cosnideración final, no creen que a los de la Real Academia le está pasando como la censura de cine de ese país que no puede presentar una buena película sin traducirla primero a su acento españolete, o esos libros que en la parte más emocionante nos despiertan con un 'Joder, y le dije al tío ese que las cosas no estaban para chuletas' .
Post Scriptum:Ahora bien, otro punto no menos importante, que me hace dejar el tonito literario, es la constante frustración que sentimos
aquellos que no nos gusta el fascismo disfrazado. Nos encontramos con miedo, vemos el miedo en la gente, y el miedo hace que los gobernantes de turno ofrezcan la 'seguridad' como el remedio mágico a todos los males sociales. Bush monta su campaña de 'seguridad preventiva', Blair en Inglaterra, los del likud en Israel, Uribito y su 'seguridad democràtica'. En proximos meses, en una pontificia universidad de cuyo nombre no me quiero acordar se llevará a cabo un encuentro sobre el probelma de los miedos. En días reciéntes tuve una conversación muy interesante, de la que quedó al final que tanto estudio sobre el miedo y la inseguridad, que si la sociedad del riesgo y la globalización, todo eso parece no ser más que la carreta política disfrazada
con miedo por intelectuales infectados del mismo mal, el miedo no es siempre abstracto, está en cada esquina, y muchas veces sus creadores tienen nombre propio como Bush o Uribe, o RCN, y se basan en él para subir sus votos en las elecciones. Por eso celebró cosas como las que ocurrieron la semana pasada en la misma pontifica universidad o en esa otra universidad muy andina ella, que quedó registrado, cosa rara, en nuestro único periódico nacional, sí El Tiempo, el de la familia vicepresidencial, si quieren saber más al respecto vean al que considero vencedor de la polémica sobre la ética blog contra el país bizarro, que nos trae apartes de la transcripción del debate en los Andes (el señor
blue elephant, visto gracias a
juglar del zipa) y felicitaciones a
El Colectivo, por estar presentes. Ahí les dejo la nota de El Tiempo, y a luchar contra el miedo que la fuerza nos acompaña:
A LOS QUE ME GRITABAN FASCISTA Y PARAMILITAR, QUE ENTREN’: URIBE
El rifirrafe de 4 horas del Presidente en la Javeriana
Aún hoy sigue siendo tema de conversación en los pasillos el acalorado enfrentamiento que sostuvo el presidente-candidato con algunos estudiantes en el Coliseo de esa universidad capitalina. Cinco días después, en los pasillos, cafeterías y aulas de la Universidad Javeriana, no se habla de otra cosa: la acalorada discusión que por más de cuatro horas sostuvo el candidato-presidente, Álvaro Uribe, el pasado viernes, con estudiantes de esa institución.
Tal vez perduren en la memoria de los asistentes de ese día, al coliseo de la universidad, las imágenes de un Presidente de la República desencajado y unos estudiantes provocadores, ‘peleándose a lengua suelta’, rehusando escucharse y tratando de ganarse el respeto, cada uno, a gritos.
Uribe llegó a la universidad de los Jesuitas –uno de los centros de educación de mayor tradición del país– a eso de las 10 de la mañana y de inmediato se topó con un grupo de cerca de 40 estudiantes que, con carteles insultantes, le gritaban: “¡Paramilitar, fascista!”.
Ya en la tarima y con un auditorio repleto (cerca de 2.500 personas), el Presidente pidió que dejaran entrar a sus atacantes. “Unos que me estaban gritando por allá afuera, fascista, paramilitar, ¡que entren!”, dijo airado.La orden se cumplió. Los muchachos que lo habían recibido de manera hostil, ahora estaban ahí, en frente suyo, desafiantes, dispuestos a seguir con su plan.
Ante lo inesperado de los hechos, Uribe cambió su estrategia. Resolvió que no haría introducción, como suele hacer, sino que abrió de inmediato el ciclo de preguntas.“Hubo uno que no pidió la palabra y empezó a gritar y a decirle ¡chanchullero!”, cuenta María Fernanda Puentes, estudiante de Derecho.Otra joven le dio la espalda al mandatario y se dirigió a los asistentes advirtiéndoles que, usualmente, al finalizar este tipo de eventos, el equipo de seguridad del mandatario ficha a los alumnos que hacen duros cuestionamientos.Uribe no soportó esa acusación y de inmediato le ordenó a su jefe de seguridad que pasara al frente para confrontar si eso era cierto. El oficial lo negó y el Presidente retó a la muchacha a que presentara pruebas, de su osada denuncia, ante la Fiscalía.
Poco a poco la audiencia se dividió. A medida que avanzaba la discusión, la confrontación pasó a las graderías.Pero había un tema sensible para la universidad que podría explicar el episodio: la muerte, en extrañas circunstancias, de Jaime Gómez, profesor javeriano y asesor de la senadora Piedad Córdoba. De hecho, cuando Uribe quiso explicar que, según Medicina Legal, Gómez murió de manera accidental, de las graderías salió un coro atronador: “¡Mentira, mentira...!”.Claro que algunos estudiantes también hacen notar que Uribe fue provocador. En sus primeras expresiones ante el auditorio, el mandatario advirtió que estaba al tanto de que allí se encontraría con “un comunismo disfrazado”, pero que insistió en ir para hacerles frente a sus opositores.Patricia Muñoz, directora de Ciencia Política y quien organizó el foro, aseguró que Uribe se refirió al “comunismo en general” y no en alusión directa a la Javeriana.
Ese mismo día, dos horas antes, en la Universidad Militar Nueva Granada, el Presidente había dicho que “el país debe escoger entre la Seguridad Democrática o retroceder para que, con el comunismo disfrazado le entregue la patria a la Farc”.Tal vez no era el día de Uribe. Ni la semana. El mandatario, a quien algunos miembros de la oposición califican de “intolerante”, había sido provocado en la Universidad de los Andes.Pero el clímax del mal rato de Uribe en la Javeriana llegó cuando uno de los estudiantes le hizo dos preguntas (una encima de otra) sobre el TLC. El estudiante acusó a Uribe de regalar la selva amazónica.“Voy a pedirle un favor a los profesores –replicó el Presidente–. El que le haya enseñando a este joven que el TLC vende la selva amazónica no merece ser profesor”, sentenció. “Yo nunca dije eso...”, alcanzó a explicar el estudiante quien pidió que respetaran su uso de la palabra.
El encuentro, que debía culminar al mediodía, se prolongó hasta las 2:30 p.m.Algunos testigos cuentan que los estudiantes trataron de incomodar la partida de Uribe, pero su equipo de seguridad eludió las hostilidades.
También pasó en los Andes
Antes de pasar el ‘trago amargo’ de la Javeriana, el presidente Álvaro Uribe había vivido una situación similar, aunque menos tensa, el martes 2 de mayo, en la Universidad de Los Andes.
Ese día Uribe llegó pasados unos minutos de las 12 del día al auditorio Alberto Lleras de ese claustro, a explicarles a los estudiantes su ‘Visión Colombia Segundo Centenario: 2019’.Su exposición y el diálogo con los estudiantes, en el recinto, transcurrieron de manera tranquila.En la primera parte Uribe explicó durante casi una hora que para que haya continuidad en la política tiene que haber una visión de largo plazo y que la comunidad debe formar parte en las decisiones.
En la segunda hora el Presidente, en su condición de candidato, respondió preguntas de los estudiantes.El problema surgió cuando Uribe abandonaba el auditorio, a eso de las 2 de la tarde. Tan pronto se dirigió al vehículo un grupo de estudiantes rodeó el automotor y le impedió arrancar.En ese mismo instante el grupo de estudiantes comenzó a abuchear, a gritarle ¡paramilitar, paraco!, y a lanzar arengas contra el TLC.Algunos de los muchachos –hombres y mujeres– portaban pancartas con letreros alusivos al TLC.El impase solo duró unos pocos minutos, porque los escoltas se abrieron paso.
Después de lo anterior espero descansar un tiempo y trabajar en cosas de la prensa y la sociedad civil, y si queda tiempo leer un poco de Murakami.