Gracias, muchas gracias
Recuerdo haber tenido una discusión. Las elecciones se aproximaban y la ley seca prohibía el alcohol necesario para derrotar sin argumentos a las discusiones. Para todos aquellos penitentes de la ley seca, quienes nos encontrábamos sin probar una gota de vino, necesitados de bajar dos escalones más hacia el infierno, la alegría de estar siempre ebrios se vio favorecida por unos anfitriones fenomenales, y debo decir anfitrionas, pues ellas tenían mucho de femmes (francesas eran las niñas que a la izquierda se observan) y poco de fatales (gracias a los astros aún sobreviven mujeres de verdad, que saben ser mujeres sin esconder un machismo/feminismo disfrazado).
Con la compañía de doppelgangers de los buenos, la Vicky argentina idéntica a una mona amiga, se pasó una noche del carajo, de esas de las que es mejor traer un recuerdo, una flor de coleridge. Así las cosas, la línea de estos días ha seguido un ritmo muy de ciudadanos del mundo. en plenas elecciones en Colombia se encuentra el autor con historias que le llegan de Argentina, Francia, Cánada, Chile, Ecuador, Estados Unidos, Australia, Venezuela, en fin. Hay que aprender a ser latinoamericanos e insertarnos en el mundo. En definitvia cada vez más se acerca mi viaje errante por nuestras tierras, y las de ellos.
Banda sonora de la noche: tarantelas revolucionarias italianas, ataque 77, algo de lounge y groove, y claro Manu Chao
1 comentario:
son mejores la niñas frambuesas y no las francesas y para las fatales los fractales...
¡què les pasa! estas todos todos chavo del ocho con un toque de melodramana de mariachis sin identidad
nmucha luna verde
Velas, muchas velas verdes
Publicar un comentario