Agua (1)
Anoche me encontré con el C*. Pura casualidad pues había salido con viejas amigas de la universidad. Hacía tiempo que no lo veía. Pregunté por su ausencia y me dijo que acaba de volver al país después de haber sido arrestado en Panamá. Dejé con sorpresa mi cerveza en la mesa. C* se puso a reír. Me explicó que había estado en un calabozo infestado de ratas por tres días. El cargo era ser indocumentado. Se volvió a reír y ya sabía qué había pasado.
Hacía un tiempo estaba trabajando en un reportaje sobre el tránsito de indocumentados en el mayor sigilo. De esta forma cruzó la frontera del Tapón del Darién a pie; sobra decir que la zona es en extremo peligrosa. Siguió un río por tres días, dos de ellos sin comida ni agua potable. Logró cruzar y ser recibido de buena forma hasta el tercer control fronterizo, en donde él y el fotógrafo fueron detenidos. Gajes del oficio dice él. En los calabozos vio a indocumentados colombianos y chinos. Gracias a que es un periodista de prestigio logró salir del problema.
La ruta del agua sigue en tren más adelante, donde los dioses aún son de madera. Ahora recuerdo que también conocí a una joven investigadora mexicana que la había seguido. El día que la conocí me pareció muy bonita y no deje de pensar en el riesgo que afrontó con los 'coyotes'. La ruta del agua se convierte luego en subterránea. Muchas cosas pasan bajo tierra. Cuando el agua vuelve a salir ya estamos mojados en el Río Bravo.
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