martes, febrero 26, 2008

Red Carpet



Se dice de Cormack McCarthy que es un autor enigmático, que no gusta de ir a premiaciones o dar entrevistas, de la misma forma que no lo hacen J.D. Salinger o Pynchon (si es que no son el mismo como dice cierta opinión propia de la teoría de la conspiración). Mi sorpresa está cuando me encuentro 'haciendo barra' en mi casa en la noche de la premiación de los Oscar a la película de los hermanos Cohen, que ansiaba ver desde hacía ya cerca de un año (como ahora ansío ver la adaptación cinematográfica de On the road), y observo en el momento en que se anuncia el ganador un pelo canoso detrás de los Cohen, que más adelante se amplía por la transmisión y, oh sorpresa, el autor que no gustaba de dar la cara a los medios aparece en una de las transmisiones masivas más grandes del momento. Ojala que esto redunde en más apariciones públicas del hombre, porque eso del mito del autor solitario frente a su obra es algo que haría muy bien en ayudar a derribar (por más que lo nieguen los puristas: hay agentes, y hay productores que intervienen en los procesos de creación de los artistas, es una mierda, lo sé, pero existen ya casi que por regla general).
Nt:¿Será que alguien se atreve a realizar una adaptación cinematográfica de Meridiano de Sangre como un revival del western?

3 comentarios:

Ámbar dijo...

Creo que no es un acierto pensar en un "revival del Western".Sin embargo existen similitudes en algunos cánones iconográficos, pero no tanto así.

Hay comentaristas que consideran la obra como un retorno al Cine Negro,apreciación que no comparto en su totalidad.

Es cierto que existen varias caracteristicas del Noir, como por ejemplo un protagonista de moral ambigua, siempre motivado por asuntos o instancias que no necesariamente son nobles-dinero- Y quizás lo más importante: todo envuelto en una fuerte sensación de que es imposible doblar la mano al destino.

La narración cuyo detonante es un crimen, que invariablemente dirigirá la historis hacia otros.

Pero,"Sin lugar para los débiles" agrega un personaje que imposible de captar en el Noir,y que solo aparece en la historia del cine con películas como “Sed de Mal” (1958) de Orson Welles. El sicópata, la creación de películas como “Psicosis” de Alfred Hitchcock y “Peeping Tom” de Michael Powell (ambas de 1959), supuso un nuevo tipo de personaje protagónico, un hombre despiadado que siente compulsión por matar, y que sin ser necesariamente alabado, se transforma en un antihéroe, siendo esto atractivo pata el público.

Creo también que es una película sobrevalorada. Los Coen ya habían probado terrenos similares en varios filmes anteriores. Su versión del Noir nunca ha estado en la estética (a excepción quizás de “Simplemente Sangre”, su primer filme). “Fargo” parecía un film noir iluminado por la nieve de Dakota del Norte y “El Hombre que Nunca Estuvo” una elegía a la vida sencilla de un tipo que por las circunstancias termina comportándose con la insensibilidad de algún personaje de un filme de Bresson.

Lo de Bardem resulta interesante pues se trata de una interpretación muy contenida, fría y rígida, en la que el actor casi parece usar una máscara invisible que continuamente fuerza su expresión. Este asesino a sueldo que no demuestra sentimientos y debe falsear sus reacciones con una risa copiada a alguna encarnación del Guasón, habla de forma monótona y se mueve con una tranquilidad que asusta precisamente por la contradicción que supone su actitud en una realidad tan sanguinaria como la que lo rodea. En Hollywood se ha hecho alarde de este papel como la expresión última de las dotes histriónicas del actor, pero en verdad no hay nada especialmente brillante en ello. Bardem ha demostrado sus capacidades en muchas otras películas y esta exageración sólo sirve en cuanto confirma la necesidad de la industria por crear la imagen iconográfica que el actor simplemente no requiere. Afortunado resulta entonces que los Coen dirigieran a Bardem bajo este prisma, ahorrándonos una posible sobreactuación para un papel tan importante como el de un asesino, que en su silencio y frialdad termina interesando tanto como el protagonista de la historia.

Mazo dijo...

Ámbar: estoy más o menos de acuerdo en tu lectura de No country for old men (a muchos en este país no les gusta la película por su final sin advertir cuanto de MCarthy hay en la película - tanto que creo que es una de las razones de su presencia en la gala-), pero cuando me refiero al revival del western lo hago sobre la novela de McCarthy titulada Meridiano de Sangre, cuya trama transcurre en la misma frontera pero más de un siglo atrás, en la que se forma un grupo paramilitar de cowboys para cazar indios, y la única forma que tienen de probarlo es cortando cabelleras. Cuando no encuentran indios cruzan a Mexico. En la novela se cruza algo de novela negra, pero cinematográficamente sus escenas darían para un western. En mi opinión no creo que se pueda realizar una buena adaptación cinematográfica de Meridiano de Sangre, sería muy exigente, pero si mal no estoy ya van a adaptar al cine On the road.
Un saludo Ámbar

Ámbar dijo...

Tú...el mazo

Estoy de acuerdo, pero hablaba solamente de esas críticas que anuniaban esto como un revival del Noir (visión que no comparto). Eso.

Me agrada poder charlar con alguien a cerca de éstas cosas,
un abrazo.

Ámbar