index hembrorum prohibotorum

Salomé, mujer de ilustre catre, se metió con Paul Rée, enloqueció a Nietzche, arruinó a Rilke y terminó con Freud

Le debo a R.H Moreno Durán un post, y en concreto a una novela en donde se destaca el papel femenino en la estupidez masculina. En 'Juego de damas', R.H., además de relatar la fatídica faena que se vivió en la Universidad Nacional cuando confundidos hombres se lanzaron a las guerras internas entre movimientos de izquierda sin saber y sospechar que detràs de sus posiciones ideológicas se encontraban los celos y el sexo femenino en la llamada 'noche de los cabellos largos', regala al final del texto un index hembrorum prohibitorum. He conversado con ilustres damas sobre este escritor colombiano y no es bajado de 'viejo verde', 'impotente resentido' entre otras sexuales referencias negativas y alabanzas literarias. Sin embargo, para mi, este index deja abierta la vida de una inquietante mujer de nombre Salomé. Para las damas que lean este post, no se preocupen, no soy misógino, en proximas entregas hablaré de la tormentosa relación de amantazgo entre Hanna Arendt y Heidegger, con aparición especial en el triangulo de Walter Benjamin, presentando comportamientos inmorales de la alta inteligencia europea, historia que juzga más el machismo, esto como para compensar lo que sigue.

La dama en cuestión comparte un linaje de mujeres no muy común. todas han sido liberadas ( y eso se respeta), pero su exigencia las ha llevado a dejar las cabezas más ilustes cortadas como ofrenda a su belleza. Flavio Josefo, buen hombre, nos relata de linda forma en las 'antiguedades judìas' la muerte de Juan el bautista. Todo ocurre cuando una hermosa mujer baila ante su padrasto tan, pero tan bien, que le regalan en premio la cabeza del citado en una linda bandeja de plata. La escena así nos la pinta Tiziano:

Su nombre fue perpetuado (así, del verbo perpetuar que es casi como cometer homicidio) por una mujer rusa, hija de un general del zar, llamada Lou-Andreas Salomé. Su belleza residía o bien en su encanto o en su inteligencia. O simplemente su negativa a toda forma de matrimonio despertó los más bajos instintos de los hombres más inteligentes de la época.

Salomé, como cualquier niña que conozcan discutìa con su madre (me imagino las prohibiciones de la època por salir a bailar o tomar la mano de un hombre), y termina escapando de casa con Paul Rée, joven filósofo de la época. Ahora bien, me imagino al joven diciendo algo asì como ésta es mía, con ésta me voy a casar, pero hay destinos marcados y el de Rée fue presentarla a su amigo Nietzche. Existe una foto donde podemos apreciar a estos tres gozando dìas felices, tirando de una carreta.

Nietzche no esperaba lo que se venía encima cuando cierto día termina pidiéndole el matrimonio a Salomé, cosa esa de lo de tálamo y techo a lo que ella, como dice en una de sus cartas, le tenía una aversión profunda. Desde ahí, por alguna extraña razón que los lectores entenderán ( a mi me suena a despecho pero es mi opinión), a Nietzche le da por tener tendencias suicidas (y creo que ese rencor origina unos cuantos de sus pensamientos). Ahí si fue el acabose, la mujer termina por convencer a cierto médico prestigioso para tratar a Nietzche, médico que a su vez tenía un asistente con unas ideas locas sobre algo llamado psicoanálisis y que se llamaba Freud, y entre ellos dos le inician a Nietzche un psicoanálisis en secreto. El pobre Nietzche termina llorando. Un texto muy famoso relata esa historia titulada "El día que Nietzsche lloró", escrito por Irvin D. Yalom.

Ahora bien, tenemos a un joven filósofo con carrera prometedora como Rée despechado y estancado, tenemos a otro joven filósofo como Nietzche llorando como niño y ad portas de un manicomio, y tenemos a un joven médico interesado por semejante especímen de mujer, pero a Freud le faltarían unos años para acceder a tan honorables faldas, porque antes Salomé, en su vida libre, terminó metida con Rainer María Rilke, ah, señores, esta mujer pueda que no le haya gustado el matrimonio, pero hombre que se metìa con esta nociva musa en nueve meses paría un libro. El caso es que Rilke, por vaya a saber qué motivos, juzgue usted querido lector, se va en soledad a cantarle a la muerte.

Ahora sì, era el tiempo de Freud, en esa época decían de ella que era el prototipo de mujer emancipada, ya se acercaban los últimos años de vida. A mi me parece, y juzguen ustedes de nuevo estas opiniones señores lectores, que esta mujer era en verdad una coleccionista, un terremoto de hembra que cortó las cabezas más prominentes por donde más les dolía, y que tal vez le debamos un poco del existencialismo del siglo. Tal vez a ella se refería Rilke en los siguientes versos:

Rosa, oh contradicción pura, placer,

ser el sueño de nadie bajo tantos

párpados.

Sobre esta musa del demonio, debemos, a fe de no parecer excesivos con las sugerencias de coleccionista de huesos que se le quiere dar, decir, con toda justificaciòn que escribió unas cuantas obras, de las que el autor de este blog aún no ha podido conseguir copia alguna, deben ser buenas, pero si esta mujer hubiera tenido un diario de confidencias secretas, muy seguro que valdría una fortuna. Espero que esta mujer aumente la lista de 'si las ve por la calle cambiese de acera' de Blakecioran.