Coscoja
La carencia de recursos llevó a procedimientos extremos. Uno de estos fue la impresión de papel moneda en un país dividido. En esos días los liberales empezaron a producir sus propios billetes. Pronto los conservadores cerraron la entrada al papel necesario para la fabricación del dinero. Como las planchas estaban hechas decidieron utilizarlas. Así, en papel de cuadernos estudiantiles, rayados, muchas veces escritos, se dio la impresión de los billetes que se conocieron como ‘toches’. La emisión se realizó en Santander y no hay datos sobre su monto total. Una particularidad de esta fabricación de dinero consistió en la llamada moneda ‘coscoja’. Con ella se presentó el mismo problema, no había material para fabricarla. Lo que ocurrió luego sólo puede llamarse como el horror. Después de las batallas, al mismo tiempo que los muertos, se recogían las balas de fusil gastadas. Los casquillos eran reducidos a una moneda plana sobre la cual se imprimía su valor. Los recursos que respaldaban estas monedas se agotaron y el secuestro empieza a aparecer en nuestra historia.
Tal vez primero vinieron las capturas políticas y las desapariciones de los sospechosos de ser liberales, luego el secuestro de uno que otro comerciante y la captura de algún oficial conservador sobre el que se decidió cobrar por su rescate, por su vida. Como anota el historiador colombiano Carlos Eduardo Jaramillo quien en su libro los guerrilleros del novecientos dice que “la práctica de esta última modalidad llevó a extremos como tener que pagar por una muerte piadosa, en los casos en que la víctima tenía que comprar la bala con la que se le dispararía, para evitar una muerte gratuita con puñales o machetes”. La coscoja era la bala y además la moneda.
Años después, cuando el nombre de la guerra había cambiado apareció la muerte como enfermedad. La lepra invadía al país y aquellos que sufrían este dolor eran recluidos en el pueblo de Agua de Dios, aislados del mundo exterior también se dieron a la fabricación de pequeñas monedas que sólo circulaban entre ellos y así evitaban la propagación de la enfermedad. Esa moneda, muy pequeña, también tuvo el nombre de ‘coscoja’. La coscoja era la exclusión y además la moneda.
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