sábado, marzo 15, 2008

The Lone Ranger - Guillermo Tell


En las pasadas vacaciones de final de año tuve la oportunidad de leer un libro que me había prestado el viejo Plotino (al que le estoy leyendo con lupa su artículo recién publicado en la revista Question). Dicho libro era una joya, se trataba del Guillermo Tell de Schiller. Recordé una versión mitad comic y mitad diálogos de la historia que fue una de las delicias de mi infancia. Después de leerla solía sentarme a ver televisión y a comparar las cosas desde la mirada del hijo de Tell. No sabía cuán intrincada se encontraba en mi vida esa lectura bajo un héroe que ahora adivino similar y acompañada por la música de Rossini.

Anoche, por ejemplo, me dediqué a escuchar de forma muy juiciosa a Rossini y lo que escuché me devolvió a los héroes de la infancia. No soy muy bueno escuchando la música clásica y no estoy para nada entrenado en la apreciación musical. Lo primero que hice fue poner La Gazza Ladra, la cual escuchó desde que la acompañé de la lectura de Crónica del pájaro que da cuerda al mundo de Haruki Murakami. Pero nunca iba más allá en la obra de Rossini, así que decidí anoche escucharla lo más completo que pudiera mientras leía algunas cosas sobre el capital social nacional. De repente escuché la obertura de Guillermo Tell, no sabía que esa era la melodía que sonaba pero sentí en su inicio la calma y luego la llegada de la tormenta y la amenaza que se cernía sobre los cantones; deje los libros a un lado.


La melodía es la que suele acompañar esas antiguas Fantasías animadas de ayer y hoy de la Warner, en que luego de una tormenta sale el sol y todos los animales del bosque salen de sus escondites a iniciar las labores del nuevo día entre pajarillos azules que revolotean en el bosque. Recordé que esa era la sensación que daba a entender Schiller. Me dije, Esta tiene que ser Guillermo Tell, y recordé el libro, un día de primavera amenazado por la tormenta, un paisaje bucólico, sencillo y bello. Luego la música fue subiendo en tensión y se compagina con la tensión del personaje que huye, los policías que le persiguen en la frontera y luego la llegada salvadora de Tell quien presta su brazo a la libertad. Tell se convierte luego en un personaje profundamente libertario que lucha contra la opresión en los cantones. La llegada del héroe de pronto sonó muy familiar. Ya había escuchado esa melodía, y la había escuchado en mi infancia tantas veces que me la sabía de memoria, tal como la de Fantasías animadas de ayer y hoy.


Me emocioné tal como cuando era un niño y me sentaba en la baldosa verde con intrincadas figuras llenas de líneas rectas y pequeñas curvas como flores entre el negro y el blanco, a la sombra de un gran árbol de mango que hoy ya no existe, y la pantalla de televisor que anunciaba, aún no recuerdo si antes o después de Batman, la aparición del Llanero Solitario en su caballo blanco mientras sonaba ese final de la obertura Guillermo Tell de Rossini. Y me parece increíble que haya escuchado tantas veces a Rossini en mi infancia y que a mi lado existiera bajo la figura de la cultura POPular norteamericana un héroe con las cualidades libertarias de Guillermo Tell, muy escondido en la bandera norteamericana y que lamentablemente ´se ve reducido hoy como un sinónimo de las intervenciones unilaterales y arbitrarias de algunos norteamericanos, y, ¿por qué no decirlo?, de algunos colombianos, que olvidan lo profundamente anarquista y libertaria que es la figura de Guilermo Tell que me gusta ver en el trasfondo de The Lone Ranger y que por fin me da una visión distinta del pañuelo rojo (más allá de la obiva referencia al blanco, rojo y azul de ciertas banderas).



2 comentarios:

CARLOS ARTURO GAMBOA dijo...

Mi estimado amigo de reminiscentes cabalgos, me hizo usted acordar de la paranoia semiotica de los setenta, cuando se creía que todos los los productos gringos estaban diseñados para la alienación, y entonces veíamos en disney al enemigo supremo...me acordé por aquello del pañuelo rojo, pero también me acordé de Zuelta y su frase de "leer desnudo frente al texto"...

El nombre del compañero del Llanero, en la versión Latina es "Toro", pero en la versión gringa es "Tonto", jusgue usted pues...jajajajaja

Un abrazo y mucho pescado para esta semana

Mazo dijo...

Y sí, se me fue la mano en la ingenuidadmás que en la paranoia . Pero hay que creer, o como dicen los Chemical : Believe